jueves, 30 de agosto de 2012


REFLEXIÓN

Jesús Maestro, más que una devoción es un estilo de vida, es la herencia que el Fundador nos ha dejado: “No tengo ni oro ni plata, pero les doy lo que tengo: a Jesucristo Camino, Verdad y Vida”. Además el fundador nos propone: “vivir integralmente el evangelio de Jesucristo, Camino, Verdad y Vida,

JESÚS VERDAD.

Jesucristo es la Verdad: “En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre” (Jn 1,1.4.9). La inteligencia de Cristo es un abismo infinito. En Cristo existían cuatro clases de ciencia: divina, beatífica, infusa y adquirida. Con razón Pablo se queda maravillado al contemplar en Cristo todos los tesoros de la sabiduría y la ciencia. Plugo al Padre comunicarlos a los hijos de adopción, en la medida y en el grado que eran necesarios para su vida sobrenatural. Jesús, después de la última cena, dijo en su oración al Padre: “Yo les he comunicado (a los apóstoles) las palabras que tú me diste; y ellos las han recibido, y han conocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado”(Jn 17,8). Los que le escuchaban, se quedaban admirados: “Jamás ha hablado nadie así” (Jn 7,46). (Tomado de CISP 1381)

JESÚS CAMINO.

Conducidas por el Espíritu, entremos en la escuela de Jesús Maestro para descubrir quién es el Padre. El Padre es la meta, Jesús Maestro es el Camino, no sólo indica el recorrido, sino que Él mismo es el Camino por el cual debemos andar: "haz que yo camine en todo momento sobre tus huellas..." (DF 102). Jesús Camino interpela a la voluntad. De ello se deriva como consecuencia la necesidad de su seguimiento. La necesidad de seguirlo se expresa "modelándonos" en Jesús Camino.

La experiencia de nuestro Fundador nos lleva siempre a soluciones concernientes a la persona en su totalidad. La conformación con Jesucristo Camino, el permitir que el Maestro Camino se encarne en nosotros, que conduzca a la persona a asumir la "forma" de Jesús, a querer y actuar como él, hace que sea el Maestro mismo quien viva actitudes y comportamientos virtuosos en aquel que es fiel. La idea de camino implica la dimensión Trinitaria: Cristo es Camino, porque Él procede del Padre, vive y obra en el Padre a quién vuelve incesantemente. Está entre el Padre, principio de la Trinidad y el Espíritu Santo, como Verbo del Padre. Él es el Camino por el cual Dios ha venido a nosotros con su Verdad, su amor y su gracia, y por el cual nosotros volvemos a Dios.